Un año más llega la Navidad y, según la tradición, María y José, recién llegados a Belén, buscan cobijo para dar a luz a su hijo. Aquel parto de Jesús del que nunca se habla, sobre el que no existen apenas referencias, es sistemáticamente obviado para llegar a todo el imaginario que sin embargo rodea a Jesús en los llamados «Nacimientos», palabra con la que nos referimos a la composición del Niño Jesús junto a la Virgen María, san José, la mula y el buey. Estos Nacimientos suelen mostrar a una Virgen y a un san José postrados, en reverencia, ante su niño, el Niño Dios que ha nacido. Un bebé representado casi siempre solo, salvo en algunas excepciones: un Niño Jesús en los brazos de María; también, como en el ca so de las fotografías de belenes que hoy queremos compartir, en los brazos de un san José que lo da a conocer a los pastores y hasta durmiendo piel con piel junto a él mientras la Virgen los contempla compasiva. Son distintas miradas a un acontecimiento tantas veces representado.
No obstante, estos días, de la mano de la fotógrafa británica Natalie Lennard (en el marco de su serie de fotografías de partos Birth Undisturbed), hemos sido testigos de una novedosa visión: la Virgen María de parto, en pleno expulsivo, con mueca de dolor o fortaleza (a elección de la lectora), en el preciso instante en el que el Niño Jesús asoma al mundo. Un niño recibido por las manos de san José en un parto vertical, poderoso y… real. Un verdadero Nacimiento.
Es hermosa la fuerza de esta fotografía: la realidad del momento, del sitio sucio para nada bucólico. Qué admirable valentía para cambiar el imaginario tradicional a través de representaciones menos habituales pero que sin duda sucedieron.
Gracias, Natalie, por hacerlo. Nos encantan los partos cuando son respetados, cuando suceden sin mayor complicación, cuando son un mero trámite para unir por fin a ese bebé con los brazos, pechos y mirada de su madre. Nos alegramos infinitamente cuando una mujer querida nos avisa de que ha dado a luz a su criatura.
Hoy es Navidad y nos ha llegado un mensaje de Whatsapp: «la Virgen María ha tenido por fin a su bebé, Jesús, en un establo de Belén. Todo ha ido bien en el parto, san José estaba echando una mano en lo que hiciera falta. No sabemos lo que pesa ni lo que mide, ni falta que hace. Los dos están bien; ahora la madre descansa con su niño.»
Enhorabuena, María. Bienvenido, Jesús. Feliz Navidad.
lunes, 25 de diciembre de 2017
El Nacimiento, otra mirada.
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