El nuevo
Ashram El Águila y el León –con un área de 19 hectáreas– está ubicado a 80
kilómetros al sur de Culiacán, Sinaloa y a sólo 20 de Guamuchil. En noviembre
pasado el Gurú Carlos Moisés García colocó la primera piedra del proyecto de
construcción de El Águila y el León. Compartimos con los lectores la crónica
elaborada por el poeta y escritor Ignacio Bussani:
El encuentro fue para alcanzar una “armonización” que dure, por lo menos, la Era del Acuarius. Para ello había que darnos cita un medio centenar de gefeusianos en los terrenos de lo que ya ha iniciado Ser el CEA (Centro de Educación Ambiental) con más aliento ambientalista.
El encuentro fue para alcanzar una “armonización” que dure, por lo menos, la Era del Acuarius. Para ello había que darnos cita un medio centenar de gefeusianos en los terrenos de lo que ya ha iniciado Ser el CEA (Centro de Educación Ambiental) con más aliento ambientalista.
Y se logró con el
optimismo espiritual del Gurú, Carlos Moisés García, los días cuatro y cinco de
noviembre del año que termina, en donde se vivió la experiencia de crecer en la
comprensión de que esta propuesta puede ser considerada la octava superior de
los esfuerzos que se iniciaran con los tradicionales ashram en la Red-GFU.
La armonización vivida
el domingo para recibir el sol, se prolongó y, pienso, que se ha de continuar
prolongando en todas las actividades futuras que allí se emprendan, cómo
sucedió con la caminata para ascender a un alto cerro que permite una
espléndida vista del terreno.El objetivo propuesto de reunirnos para ensayar una vez más el nosotros, fue la colocación de la “Primera Piedra” y se logró rodeado de luz, alegría y contento sin que nadie perdiera su individualidad. El evento tiene no sólo un carácter simbólico sino que es la construcción de un escalón más en el ascenso de la propuesta de Salud y Consciencia para el desierto del noroeste de México y del planeta.
La llegada del Maestro García, al ashram, el sábado por la tarde, elevó la energía de quienes estaban en la tarea de levantar las casas de campaña, unos, y otros en diferentes tareas como preparar alimentos, de los cuales el asado de elotes en un fogata le dio un carácter campirano al lugar, con el insustituible sabor a milpa, mientras el viento hacía jugar los manteles de las mesas, las lonas de las carpas y las hojas del árbol que se ha convertido en una especie de guardián de la armonía y de la fraternidad.
Y a medio día y con la presencia del primer nieto de
Marcelino Salazar y Sara Elena Urzusuástegui, el Maestro Carlos García, tomó
con decisión la pala con la cual colocó la Primera Piedra, de lo que serán las
primeras construcciones que habrán de hacer volar muy alto al Águila, bajo la
custodia del León.
Informes:
Institución de asistencia Privada, Red
cultural GFU, en Sinaloa
Calle:
Presa la Boquilla No. 1180, col. Las Quintas.
Tel. 7 53 69 53
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